martes, 19 de febrero de 2008

Adiós, don Fidel de La Habana (extractos de su carta de renuncia)

Fidel Castro ha dejado la presidencia de Cuba, lo que finaliza su mandato de casi 50 años. En su carta de renuncia utiliza los manierismos de se discurso hablado, y se nota su posición defensiva hacia "los enemigos" invisibles que acechan sus sueños, así como su esperanza de contar con un remplazo que continúe el programa revolucionario en la isla.

La nota de la carta es más personal que oficial, y cada nota de ferviente compromiso con la revolución zombie del comunismo nos hace ver que Castro es el último don Quijote, para bien o para mal, de estos tiempos. Ahora, como el jinete de La Mancha, desdentado, molido a batucazos y retirado a sus habitaciones, sabe que el viaje ha terminado y que sólo queda la inmensa realidad de su cuerpo. A continuación, tus amigos del Club Chufa Blog presentan un extracto de su carta de renuncia. Comenten, vamos a platicar sbre el futuro de Cuba y del socialismo en latinoamérica.

"Queridos compatriotas:

Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la Constitución Socialista por voto libre, directo y secreto de más del 95% de los ciudadanos con derecho a votar. La primera Asamblea Nacional se constituyó el 2 de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado y su Presidencia. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.

Era incómoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo.

Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance. Por otro lado me preocupó siempre, al hablar de mi salud, evitar ilusiones que en el caso de un desenlace adverso, traerían noticias traumáticas a nuestro pueblo en medio de la batalla.

Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer.

A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

Traicionaría mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo.

Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy jóvenes cuando se inició la primera etapa de la Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los combatientes de las montañas y después, con su heroísmo y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria al país. Cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. Dispone igualmente nuestro proceso de la generación intermedia que aprendió junto a nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución.

Desconfío de las sendas aparentemente fáciles de la apologética, o la autoflagelación como antítesis. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse. El adversario a derrotar es sumamente fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio siglo.

No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título "Reflexiones del compañero Fidel" . Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso.

Gracias."

2 reacciones:

Jebriel.oz dijo...

no mamar, pienso que mientra fidel no se muera se seguira ejrciendo presion en cuba...depende mucho igual como se oganizen los negritos.Deben ponerse bien vergas y reclamar sus pinches derechos, aunque ay mucho cuano pendejo que se siente feliz asi!

saludos

Anónimo dijo...

Querido Mal:

Hablar de Cuba es siempre complicado porque hay que conocer y comprender muchos aspectos no contemporáneos para la mayor parte de nosotros.

Creo que de Cuba, por no decir de Fidel, podemos convenir que es la resistencia por antonomasia. Fidel Castro, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos instalaron en la isla la perpetua revolución y desde entonces ha servido como ejemplo, más que nada romántico, de lo que es la resistencia.

Recordemos que México, hasta antes de Fox, mantenía cierto prestigio en América Latina precisamente por significar otro frente contra Estados Unidos en cuanto a política hacia los países allende el Suchiate.

México y Cuba marcaron sus distancias de Washington y mantuvieron a raya, dentro de lo posible, los intereses estadounidenses por algún tiempo. Sin embargo, México, con la apertura política y económica empezó a inclinarse hacia el gigante del norte, debido a la imponente gravedad que irremediablemente ejerce sobre nosotros mortales mexicas.

Esta apertura mexicana, que se da simbólicamente con la unión al GATT, no ha sucedido aún en Cuba, cuya cúpula mantiene el aislacionismo en muchos ámbitos, entre ellos, y quizás el más lamentable, el de la comunicación intra e internacional.

Después de la caída de la URSS, Fidel mantiene el modelo económico y permanece, quien sabe gracias a que pacto diabólico, en el poder. Lo anterior, podemos especular, por un deseo o necedad personal, ya que el resto de los países socialistas abrazaron en mayor o menor medida, al capitalismo.

Aún con este desfase temporal (sí no mental) de Fidel, quien sigue instalado -quizás neciamente- en el socialismo, Cuba tiene índices mixtos. Altos en educación y salud, pero bajos en desarrollo económico y poder adquisitivo.

Fidel se convirtió lamentablemente en un ególatra y por este mismo culto a su persona, no ha permitido la desmitificación de la Revolución. (What?)

El miedo vende y vende bien, si no pregúntenle a baby Bush quien usó las inexistentes armas de destrucción masiva para invadir Iraq. Quizás el texano aprendió del ejemplo de Fidel, quien tiene a la población en Revolución y guerra permanente con Estados Unidos.

Ahora el comandante trata de heredar sus argumentos a su hermano. Quien sabe si le servirán ante la expectativa -al menos internacional- de un golpe de timón en la isla.

No pasemos por alto que la relevancia estratégica de la isla es poca. Como paso con México, en caso de una apertura, su principal exportación posiblemente serán migrantes empobrecidos. Piensen por un momento, ¿qué tal si hubiera una cantidad importante de petróleo en la isla? Cuba representa poco más de la mitad del territorio sonorense y tiene 11 millones de habitantes con un poder adquisitivo de menos de la mitad de un mexicano, ¿qué harían los cubanos si los dejaran salir?

Pese a la renuncia de Castro no todos –me incluyo- creemos que dejará de tener poder en Cuba. El verdadero cambio se dará, desgraciadamente, cuando muera. Lástima, porque todos merecen decidir el tipo de vida que quieren llevar y no la visión impuesta de Castro Ruz, quien no dejará que su fallida Revolución muera en su ausencia.

Alex de la frontera
http://enmalpedo.blogspot.com/

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